El presidente Aznar, fue un firme partidario de la intervención militar en Irak en tiempos del presidente Bush, aunque suele olvidarse que...
...sólo cinco años antes, había apoyado activamente a Clinton para la intervención militar en Kosovo, que se realizó bajo similares presupuestos políticos. El ex presidente español, incondicional del Nuevo Orden internacional, personifica, junto con el primer ministro británico Tony Blair, la continuidad en el apoyo a los expeditivos procedimientos de intervención que emparentan directamente a ambas intervenciones
(Reseña publicada en la revista "Clío", año 8, nº 94, pag. 103)
¿Es posible escribir una historia mundial de las dos últimas décadas? El académico Francisco Veiga lo hace con éxito en este ensayo continuación de La paz simulada, 1941-1991. Una historia de la Guerra Fría, elaborada con Enrique Ucelay-Da Cal y Ángel Duarte. Su título, el Desequilibrio como orden, subraya la idea esencial de la obra: "entre 1991 y 2008 nunca existío atisbo de Nuevo Orden global auténtico". Y el autor recorre el globo terrestre de arriba abajo para demostrarlo.
Un gran ensayo
En este sentido, muestra un gran conocimiento de los escenarios analizados y combina agilidad narrativa, capacidad de síntesis y armazones interpretativos que marcan los grandes trazos de este periodo. Así, aunque el comentario pueda ser chocante, es un libro para ser leído por los interesados en el tema, al alejarse del manual plúmbeo universitario de apartados numerados y descriptivos.
Veiga expone cómo del mundo bipolar de la "Guerra Fría", con el binomio URSS-EEUU como potencias dominantes, hemos pasado a las inseguridades de un mundo multipolar y global. Ahí están el fracaso de EEUU en sus intentos de recuperar su hegemonía; una Rusia en reestructuración "neoimperial" y unos subcontinentes asiáticos dispuestos a asaltar las grandes fortalezas económicas: "Chindia" (el tándem económico formado por la China y la India) y "Chináfrica" (la gran red de lazos tejida entre China y varios países africanos en el proceso de expansión económica de esta potencia). El autor destaca igualmente los rasgos de la nueva izquierda de América Latina y su singularidad -más allá del ropaje de "neoindigenismo" que la caracteriza en medios de comunicación- y expone la situación del mundo islámico y el rol de de Irán en él. En todos los casos prima la complejidad sobre las visiones simplistas, con una buena prosa que permite seguir los argumentos sin perderse.
Profecías de Casandra
El libro muestra igualmente cómo Occidente ha actuado de manera sorda a los avisos de crisis financieras que presagiaban el colapso actual creado por las hipotecas subprime. Describe así el impacto de la burbuja de las empresas "puntocom", que creó el espejismo de la "nueva economía" vinculada a Internet. También expone la crisis económica del México de los años noventa o la del Sudeste asiático en el mismo periodo. Asimismo, subraya cómo en 1999 la intervención en Kosovo de la OTAN al margen de la ONU y dejando un paisaje con vencedores y vencidos marcó un precedente internacional de la invasión de Irak que tuvo lugar cuatro años después.
La obra no olvida los cambios en el mundo de la delincuencia organizada, de los medios de comunicación y de las intervenciones humanitarias, poniendo de relieve la escasa atención que mereció el genocio de Ruanda cometidos por los hutus, pese a manifestar una eficacia superior a la del nazismo al alcanzar 800.000 víctimas en doce semanas sin recurso a tecnología alguna (se emplearon palos y machetes) y rodeado de cámaras televisivas. El resultado demostraba que después de Auschwitz la barbarie no sólo era posible, sino que podía ser muy superior a aquella ante una comunidad internacional de lentos reflejos y con una potencia como Francia implicada en los hechos.
Es, pues, una obra harto aconsejable para comprender un mundo en apariencia acéfalo, al señalar sus lógicas subyacentes, en un esfuerzo que conforma un texto lleno de ideas y sugerencias -lo que no abunda en las librerías- apoyadas en un mullido colchón de referencias.
Xavier Casals, historiador
¿Es posible escribir una historia mundial de las dos últimas décadas? El académico Francisco Veiga lo hace con éxito en este ensayo continuación de La paz simulada, 1941-1991. Una historia de la Guerra Fría, elaborada con Enrique Ucelay-Da Cal y Ángel Duarte. Su título, el Desequilibrio como orden, subraya la idea esencial de la obra: "entre 1991 y 2008 nunca existío atisbo de Nuevo Orden global auténtico". Y el autor recorre el globo terrestre de arriba abajo para demostrarlo.
Un gran ensayo
En este sentido, muestra un gran conocimiento de los escenarios analizados y combina agilidad narrativa, capacidad de síntesis y armazones interpretativos que marcan los grandes trazos de este periodo. Así, aunque el comentario pueda ser chocante, es un libro para ser leído por los interesados en el tema, al alejarse del manual plúmbeo universitario de apartados numerados y descriptivos.
Veiga expone cómo del mundo bipolar de la "Guerra Fría", con el binomio URSS-EEUU como potencias dominantes, hemos pasado a las inseguridades de un mundo multipolar y global. Ahí están el fracaso de EEUU en sus intentos de recuperar su hegemonía; una Rusia en reestructuración "neoimperial" y unos subcontinentes asiáticos dispuestos a asaltar las grandes fortalezas económicas: "Chindia" (el tándem económico formado por la China y la India) y "Chináfrica" (la gran red de lazos tejida entre China y varios países africanos en el proceso de expansión económica de esta potencia). El autor destaca igualmente los rasgos de la nueva izquierda de América Latina y su singularidad -más allá del ropaje de "neoindigenismo" que la caracteriza en medios de comunicación- y expone la situación del mundo islámico y el rol de de Irán en él. En todos los casos prima la complejidad sobre las visiones simplistas, con una buena prosa que permite seguir los argumentos sin perderse.
Profecías de Casandra
El libro muestra igualmente cómo Occidente ha actuado de manera sorda a los avisos de crisis financieras que presagiaban el colapso actual creado por las hipotecas subprime. Describe así el impacto de la burbuja de las empresas "puntocom", que creó el espejismo de la "nueva economía" vinculada a Internet. También expone la crisis económica del México de los años noventa o la del Sudeste asiático en el mismo periodo. Asimismo, subraya cómo en 1999 la intervención en Kosovo de la OTAN al margen de la ONU y dejando un paisaje con vencedores y vencidos marcó un precedente internacional de la invasión de Irak que tuvo lugar cuatro años después.
La obra no olvida los cambios en el mundo de la delincuencia organizada, de los medios de comunicación y de las intervenciones humanitarias, poniendo de relieve la escasa atención que mereció el genocio de Ruanda cometidos por los hutus, pese a manifestar una eficacia superior a la del nazismo al alcanzar 800.000 víctimas en doce semanas sin recurso a tecnología alguna (se emplearon palos y machetes) y rodeado de cámaras televisivas. El resultado demostraba que después de Auschwitz la barbarie no sólo era posible, sino que podía ser muy superior a aquella ante una comunidad internacional de lentos reflejos y con una potencia como Francia implicada en los hechos.
Es, pues, una obra harto aconsejable para comprender un mundo en apariencia acéfalo, al señalar sus lógicas subyacentes, en un esfuerzo que conforma un texto lleno de ideas y sugerencias -lo que no abunda en las librerías- apoyadas en un mullido colchón de referencias.
Xavier Casals, historiador
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